5 jun 2010

Ansiedad durante el embarazo


Mi preocupación sobre el estado anímico de la madre durante la gestación y cómo influye la ansiedad y el estrés en el feto y en el posterior desarrollo del niño, me ha llevado a buscar información sobre los efectos que podemos ocasionar a nuestro hijo ya desde el momento en el que lo sentimos en nuestro interior.
Algunos investigadores aseguran que la salud y el desarrollo intelectual del niño comienzan desde la concepción y que los estímulos maternos que recibe el feto en el vientre de su madre influyen en su desarrollo neuronal. Lo que parece cierto es que vivir el embarazo con episodios de ansiedad o estrés puede provocar nacimientos prematuros, con poco peso e incluso con alteraciones emocionales.

"La hipótesis de que la ansiedad o el estrés materno durante el embarazo afectan al neurodesarrollo del bebé es antigua, pero sólo recientemente se han realizado estudios lo suficientemente amplios para contrastarla.
En las dos últimas décadas una serie de estudios han permitido avanzar en la comprensión de los mecanismos por los que se produce dicho efecto. Los hallazgos han producido un cambio significativo en la psiquiatría perinatal, ya que si durante décadas se prestó mucha atención a los efectos de la depresión posparto en el desarrollo del lactante ahora se ha visto que el efecto de la ansiedad materna en el embarazo probablemente sea mucho más grave y duradero en el bebé de lo que se pensaba y sus efectos sobre el neurodesarrollo más severos que los de la depresión posparto.
Diversos estudios han confirmado que el estrés materno durante el período fetal puede condicionar el desarrollo emocional y conductual del niño incluso hasta el inicio de la edad adulta." (Dra. Ibone Olza).

Aunque existen muchos factores alrededor nuestro que escapan de nuestro control, lo que sin duda alguna debemos intentar es llevar un embarazo relajado, sin alteraciones, sobre todo por su bien estar.

En un estudio de 1992, la ansiedad general en el tercer trimestre se relacionaba con tener un temperamento difícil a las 10 semanas y los 7 meses del parto, pero no con el desarrollo cognitivo o motor. En otro estudio más reciente, los recién nacidos de madres con mucha ansiedad pasaban más tiempo profundamente dormidos, y menos tiempo en alerta activa y cambiaban más de estado y puntuaban peor en la Escala de Brazelton.

En otro estudio, se observa que al llegar a la adolescencia, los hijos de madres que han tenido grandes niveles de ansiedad en la primera mitad del embarazo presentan una mayor impulsividad y un menor cociente intelectual.

Antes se pensaba que las complicaciones obstétricas eran una causa de futuros problemas mentales, ahora se piensa que son en realidad consecuencia de un trastornos afectivo o de ansiedad prenatal. Igualmente estos estudios suponen que algunos de los efectos que se atribuían a la depresión posparto pueden ser consecuencia del estrés prenatal.


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